miércoles, 29 de enero de 2014

Sentir, o no sentir. Esa es la cuestión (capítulo Música)

Hoy, en “Mi Cerebro no me da Descanso”: la Música.

Personalmente, creo que la música está hecha para hacernos reflexionar, por eso todos tenemos diferentes gustos musicales: a algunos les gusta reflexionar sobre el amor, el dolor, la muerte, la realidad, la política, etc. Eso ya es sabido; ahora, lo que está pasando últimamente, es que no puedo escuchar cierta música. Por qué? No lo sé, y me gustaría saberlo. Desde hace un tiempo, me vengo dando cuenta que estoy dejando de lado varias bandas de mi lista de “fundamentales”, y no me está gustando; como si al escucharlos se me vinieran todos los malos recuerdos de cuando los empecé a escuchar, y no en todo lo que pasó desde ese entonces hasta ahora que me hizo crecer mentalmente (cabe aclarar que cuando empezaba a escuchar música, tenía la edad física y mental de una nena emo depresiva y suicida).
Si bien ahora estoy mejor, no logro verle lo bueno a las letras. Por ejemplo, ayer tenía Memory de Epica en la cabeza, y cuando fui a una página a repasar la letra, se me armó uno de esos nudos estomacales de los que tanto ya he hablado en anteriores entradas. No podía pensar, entre estar viendo un anime no del todo feliz, y tener esa canción en la cabeza, retrocedí emocionalmente varios años. Por qué? No lo sé, y me gustaría saberlo.

Qué necesidad de sentirse mal por nada, por nimiedades como una canción o una serie? Por qué no sentirse mal por la realidad y sí por la ficción? Se sabe que en la vida real, yo no tengo sentimientos, o tengo muy pocos, pero en la vida no-real (tanto ficticia de las series como interna de lo que me hace sentir), siento absolutamente todo. Cierta gente diría “no será que te escudás en las series y la música para permitirte sentir, cuando en realidad deberías sentir en la vida real?”. No lo sé, y no sé si quiero saberlo. No sé si quiero saber qué me pasa, o el porqué de lo que hago o siento o dejo de hacer o de sentir; no sé si quiero saber, porque creo que va a hacerme peor saber que no saber.

Por ahora, prefiero seguir escudándome en las vidas ficticias de mis anime y en las letras de canciones que tanto tienen para generar… que concentrarme en mi vida real y empezar a sentir todas las mierdas que me guardé por años. 
Por ahora, me voy a calzar los auriculares y a salir a la calle, como una especie de balance que, por más frágil que sea, por el momento existe, y hay que aprovecharlo.


domingo, 5 de enero de 2014

Sukisyo, Yoru, y las Cadenas del Pasado

Minuto 04:37 y toda la escena que le sigue

Lo que aparece ahí arriba es el anteúltimo episodio de Sukisyo, un anime que empieza como un yaoi tierno y termina involucrando un experimento psicológico bastante complicado. A qué viene que, así de la nada, postee un video de uno de los tantos anime que miro? A que me afectó, mucho, esta escena. Primero, mejor, dar un marco sobre de qué se trata esto…
Sora es un chico que tiene un accidente (se cae de un cuarto piso), y cuando despierta, no recuerda muchas cosas. A esto se suma que tiene una doble personalidad, Yoru, que está enamorado de Ran (la doble personalidad de Sunao, amigo de Sora). Así dicho suena como a mucho, y es que son cuatro personajes en dos cuerpos. Sora no puede controlar a Yoru, pero sabe de su existencia. En este momento de la serie, Sora está siendo manipulado por el experimento, y cree que Yoru puede serle de ayuda: en ese minuto marcado, la escena trascurre como si fuera dentro de la propia mente de Sora, donde él y Yoru mantienen una conversación. Yoru no quiere que Sora recupere sus recuerdos, pero el lucha para romper esas cadenas que le impiden saber qué pasó el resto de su vida anterior al accidente.

Ahora sí, mi parte. Creo que es bastante obvio, si hay alguien que se gasta en leer lo que escribo, ya debe saber que tengo problemas para recordar las cosas: o directamente no las recuerdo, o mi mente “inventa” recuerdos en base a explicaciones de terceros o fotos sobre cierto evento. Siempre doy el mismo ejemplo: recital de Muse en La Plata, 2011; puedo jurar y recontra jurar que tocaron New Born, pero no fue así. Qué pasó entonces? Mi cerebro puso en una cacerola las imágenes del recital, el audio de la canción original, y el sentimiento de estar ahí, agarró un cucharón y mezcló todo. El resultado: un recuerdo inventado de que Muse tocó New Born en La Plata. Mentira, pero para mi mente fue verdad. Y así con muchas otras cosas.
La relación mía con Sora y Yoru es que yo no tengo un Yoru que, como se vio en el episodio siguiente, me ayude a recuperar mi vida tal y como debe ser. En esa escena, le pedía que no viera sus recuerdos, pero cuando los vio, dejó a Sora y desapareció como doble personalidad. Yo tengo mis “otros yo”, que no los controlo pero tampoco los dejo tomar control sobre mí (o casi nunca lo logran), y lo único que hacen es traerme problemas emocionales. Quiero un Yoru que me ayude a recuperar mis recuerdos, que salga cuando necesito ser fuerte ante situaciones que superan mi estabilidad emocional, que… Bueno, me gustaría tener un Yoru que me ayude a lidiar con mi vida, con quien poder hablar y preguntarle sobre ciertas cosas que me pasan. En la serie, Yoru nació frente a una situación traumática, a mí no me nació nadie, por eso será que muchas veces me siento más sola que una planta en el asfalto.

En fin, quería compartir eso nada más. Es lo que me salió después de terminar de ver Sukisyo y necesitaba decirlo. Para Navidad me regalaron una libreta en blanco, pero no puedo escribir ahí, no me da, no puedo, no me sale, me bloquea… Será que conozco las intenciones detrás de la persona que me la regaló? No lo sé, y no sé si quiero saberlo tampoco. Por eso escribo acá, internet es seguro y me hace sentir bien, me sirve.
Ya no sé ni lo que digo, y esto se extendió demasiado. Cambio y fuera.