Hoy, en “Mi
Cerebro no me da Descanso”: la Música.
Personalmente,
creo que la música está hecha para hacernos reflexionar, por eso todos tenemos
diferentes gustos musicales: a algunos les gusta reflexionar sobre el amor, el
dolor, la muerte, la realidad, la política, etc. Eso ya es sabido; ahora, lo
que está pasando últimamente, es que no puedo escuchar cierta música. Por qué? No
lo sé, y me gustaría saberlo. Desde hace un tiempo, me vengo dando cuenta que
estoy dejando de lado varias bandas de mi lista de “fundamentales”, y no me
está gustando; como si al escucharlos se me vinieran todos los malos recuerdos
de cuando los empecé a escuchar, y no en todo lo que pasó desde ese entonces
hasta ahora que me hizo crecer mentalmente (cabe aclarar que cuando empezaba a
escuchar música, tenía la edad física y mental de una nena emo depresiva y
suicida).
Si bien ahora
estoy mejor, no logro verle lo bueno a las letras. Por ejemplo, ayer tenía
Memory de Epica en la cabeza, y cuando fui a una página a repasar la letra, se
me armó uno de esos nudos estomacales de los que tanto ya he hablado en
anteriores entradas. No podía pensar, entre estar viendo un anime no del todo
feliz, y tener esa canción en la cabeza, retrocedí emocionalmente varios años. Por
qué? No lo sé, y me gustaría saberlo.
Qué necesidad de
sentirse mal por nada, por nimiedades como una canción o una serie? Por qué no
sentirse mal por la realidad y sí por la ficción? Se sabe que en la vida real,
yo no tengo sentimientos, o tengo muy pocos, pero en la vida no-real (tanto
ficticia de las series como interna de lo que me hace sentir), siento
absolutamente todo. Cierta gente diría “no será que te escudás en las series y
la música para permitirte sentir, cuando en realidad deberías sentir en la vida
real?”. No lo sé, y no sé si quiero saberlo. No sé si quiero saber qué me pasa,
o el porqué de lo que hago o siento o dejo de hacer o de sentir; no sé si
quiero saber, porque creo que va a hacerme peor saber que no saber.
Por ahora,
prefiero seguir escudándome en las vidas ficticias de mis anime y en las letras
de canciones que tanto tienen para generar… que concentrarme en mi vida real y
empezar a sentir todas las mierdas que me guardé por años.
Por ahora, me voy a
calzar los auriculares y a salir a la calle, como una especie de balance que,
por más frágil que sea, por el momento existe, y hay que aprovecharlo.