viernes, 29 de noviembre de 2013

Sentimientos: explicación básica

Sentimientos y sensaciones. Qué palabras extrañas, no? Sentir, se sienten cosas físicas (como el calor del verano o el dolor de un moretón) y cosas no físicas (esas cosas que nos imaginamos pero que las sentimos igual). Las físicas son fáciles de explicar, las no físicas son las más difíciles y más complicadas de explicar y de entender; y son por éstas últimas que estoy acá, sentada en el sillón, escribiendo una vez más.

No voy a explicar el frío o el calor, porque ya todos sabemos cómo se sienten. Pretendo explicar los sentimientos no físicos. A ver, cómo explicarlo? Es como si todos los órganos del cuerpo desaparecieran, o se transportaran a la cabeza y el cuerpo quedase vacío: la cabeza llena de cosas, hasta explotar de tanto amontonamiento, y el cuerpo vacío, incapaz de sentir o hacer algo. O como si hubiera una soga alrededor del pecho que impidiera la respiración, al punto de enrojecer la cara e inundar los ojos de toda la actividad craneal junta. O como estar muerto en vida, en un sentido más extremo y filosófico (porque nadie en vida sabe cómo es estar muerto, y nadie muerto sabe cómo es estar muerto en vida).
No pareció tan difícil explicarlo, verdad? Eso es porque es imposible explicarlo: yo uso esas figuras retóricas porque son las que representan mis sentimientos no físicos, son como YO me siento cada vez que la oscuridad emocional me ataca. Pero no sé cómo te afecta a vos que estás leyendo, o a la persona en la casa de al lado o del país al otro lado del mundo. Así lo siento yo, y yo explico yo, con mi vocabulario reducido y pocas habilidades comunicativas. Porque es lo que me sale, hoy y ahora es lo que me sale, porque la oscuridad emocional me ataca desde hace horas, días o semanas  y no se va, o se va unos minutos y vuelve más poderosa que antes para ajustarle el nudo a la soga imaginaria que tengo entre el cuello y la cintura. Y así pasan los días. Algunos mejores, otros peores, pero sin poder desatar completamente la soga. Quizás, algún día, en algún futuro distante, pueda aflojar tanto el nudo, que se va a terminar cayendo por falta de sostén; pero por ahora, ésta es mi soga, y está acá para acompañarme siempre, incondicional, a donde sea que vaya.

Release me from this cross after all these years
Within Temptation - The Cross --> tema para ajustar el nudo de la soga imaginaria.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Rutina

Despertarme. Salir a trabajar. Pasar nueve horas en el local haciendo como que todo está bien. Volver a casa. Sentir el mundo encima…Conectarme a Skype y que todo el resto se borre automática y momentáneamente. Dormir pensando en Skype para no aceptar la realidad hogareña. Repetir al día siguiente, de martes a sábado, todas las semanas.
Quiero vivir en domingo y en Skype, no en la vida real donde solamente unos minutos por día se soporta la realidad.


No quiero volver a sentir, necesito no volver a sentir. No quiero tener que lagrimear escribiendo, necesito mantener todo adentro. Y sacarlo en Skype o en domingo… Sólo que en esas dos ocasiones, nada malo sale, todo es perfecto y está bien, la vida es como debería ser siempre (por lo menos, la mayor parte del tiempo).
Pero ya está, ya me hicieron comenzar. Escribo de nuevo, siento de nuevo, pienso de nuevo… solamente quiero pensar en cosas buenas, y en cómo disimular las malas. Dicen por ahí que soy buena escribiendo, no me la creo; creo que vuelvo a ser la emo de 15 años que creí haber dejado atrás para siempre, creo que la escritura es tan positiva como negativa, creo que no sé qué creer ni qué hacer.
Creo que ayer fue domingo (son las 01:04 a.m., aunque sigo pensando en domingo), y fue perfecto. Pero ya es lunes, ya nada es perfecto.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Escribir, sentir, hacer

Escribo porque volviste a aparecer, porque te había matado y reviviste. Escribo porque me lo piden, porque dicen que soy buena y me hace bien. Escribo porque la historia no se puede borrar, y todo es verdad: volviste a aparecer y soy buena escribiendo (o eso creo).

Fue en un sueño donde te volví a ver, y no precisamente de una manera agradable. Apareciste, me hablaste, me hiciste mal y te fuiste; o al menos eso es lo que recuerdo, tal y como fue en la vida real. No, no fue así: en la vida real apareciste, me hablaste, me hiciste bien, fuiste mi amigo, y después de todo lo que pasó durante diez años, me hiciste mal y te fuiste. No necesito remover todo eso, el pasado no va a cambiar porque yo quiera, el hecho de que te haya matado mentalmente una y otra y otra vez va a seguir estando, pero no por eso vas a haber muerto en mis sueños, ni en la vida real. No quiero seguir con esto, necesito no seguir con esto, voy a volver a tener quince años si sigo escribiendo. Vos, para mí, estás muerto; y cuando tenga la chance, te voy a matar en la vida real, o por lo menos te voy a dejar tan herido que vas a tardar en recuperarte.
Escribir, tocar el violín, narrar, pintar, crear, ser algo en la vida haciendo algo que me haga feliz. No suena como algo que pueda pasarme. Por qué? Porque me frustro, porque siento que no sirvo, porque veo la nada que logro y pienso “para qué seguir esforzándome, si no sirve para nada?”. Por eso no escribo, no toco violín, no narro cuentos, no pinto, no creo absolutamente nada: mi última creación fueron las tapas de un libro que jamás llegó a terminarse por, justamente, mi falta de ánimo y desconfianza en lo que podía ser. “Sí, vamos a terminar el libro y va a ser un perfecto regalo de Navidad, así que nomás tengo que hacer uno o dos más, o mejorar alguno que ya tenga, y listo! Libro terminado, objetivo cumplido”. Esa ilusión llegó hasta pintar las tapas de color violáceo y cortarlas en tamaño A4, no más allá de eso. Por qué? Supongo que el hecho de tener que escribir para los demás hizo que se me fuera la motivación de escribir por y para mí misma. Escribía cuando me deprimía, cuando tenía un buen sueño, o sencillamente, me venía en gana; ahora trabajo, salgo, y solamente pienso en las cosas malas cada tanto, cuando me agarra un ataque nocturno.


Ahora ya no puedo, no me sale hacer nada. Lo único que me hace bien es estudiar Japonés, que aunque estoy totalmente segura de que jamás voy a poder ir a Japón, me pone contenta estudiarlo y aprenderlo; ya ni siquiera la esperanza de ir a Londres me motiva a ir a Inglés dos veces por semana (si total, hablar ya sé, y me hago entender con los angloparlantes). No tengo esperanza para nada, no creo tener un futuro, no me veo conquistando metas de aquí a cierta cantidad de años. Qué es lo que veo? Un trabajo mediocre de aquí a que me muera, porque sin estudios, no se llega a ningún lado… No?