martes, 31 de diciembre de 2013

Cierre de año. Ponele

Todos hacen su resumen de año y, como nunca quiero ser menos que el resto, también yo lo voy a hacer. No porque crea que “un nuevo año” traiga cambios, los cambios se hacen día a día y no porque el calendario lo indique (lo mismo va para los cumpleaños y fechas afines), sino porque esta vez SÍ siento las ganas de hacerlo.

Claramente, fue un año de fracasos: dejé la facultad principalmente, mi trabajo no es lo que esperaba, las relaciones interfamiliares van de mal en peor, etc etc etc.
Pero por otro lado, fue un año positivo: dejé la facultad para estudiar dos idiomas a la vez, tengo trabajo y mi propio dinero, y esas personas que siempre estuvieron ahí, siguen estando. Una de esas personas, es el conventillero de San Telmo, que me enseñó, siguiendo con el tema, a verle el lado positivo a las cosas que nos pasan. Otra, es esa personita incondicional que vive frente a un cementerio y es igual de rara que las estatuas de ahí adentro, que a cada cosa que le digo tiene una respuesta, no siempre lógica, pero una respuesta al fin. Y esa provinciana, con la que no me hablé por unos meses, y por el destino, volvimos a juntarnos y volver a ser las “sisters” que somos desde hace más de seis años. Obviamente, está ese Nya que me alegra todos los días desde hace unos meses, pero ya nomás de ponerme a escribir sobre lo que nos pasa, me empiezo a emocionar y no quiero; ésta tiene que ser una buena noche. Después está toda esa gente que randomly me ayuda en cada día de la vida, ya sea conocido o un extraño en la calle o en el local que tiene buena onda hacia lo que pase.

Termina otro año, empieza uno nuevo. Para muchos, esto significa un cambio, para mí es irme a dormir y despertarme como cualquier otro día. Pero después de hacer este pequeño “resumen”, creo que el del convento tiene razón, y hay que verle el lado positivo a los hechos. Lo positivo de esto? Que el párrafo de lo bueno es mucho más largo que el malo.


It’s all on you, there’s always a brand new day :)

Esto es todo amigos, hasta acá lo que me sale escribir hoy, ahora, 31 de diciembre de 2013 a las 10:19 p.m. Que todo salga bien y sigamos positivos.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Hopeless

Que uno fue elegido abanderado, que el otro hace tareas comunitarias, que al del cumpleaños le regalan un PlayStation, que la otra se egresó perfecta y hermosa, que el otro tiene buenas notas y solamente tiene que dar finales para terminar el año… Y yo? Y yo trabajo todo el día para ganar un sueldo que hoy me enteré que no es bueno y no me alcanza para llegar a lo que quiero. Alguna vez me gustaría ser la que reciba un buen comentario, a que la feliciten porque hizo algo bien, la que logre algo en la vida. Pero no, se ve que no me toca a mí ser esa persona.

Sé que es repetitivo lo que digo, y lo que escribo, pero es que todo esto es repetitivo: el proceso de que alguien día algo bueno sobre otra persona, darme cuenta que no estoy haciendo nada para mejorar la mierda que soy, ver los sitios de internet donde es posible que haga algo para mejorar, ver los horarios y/o los precios de los cursos, intentar acomodarlos con los horarios de trabajo, y ver que es físicamente imposible estar en dos lugares a la vez. De ahí a la depresión hay un microsegundo que pasa rapidísimo y me hace ese nudo del que hablaba la otra vez. Ahora, a seguir viviendo, tirando y aflojando el nudo, pero viviendo al fin.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Sentimientos: explicación básica

Sentimientos y sensaciones. Qué palabras extrañas, no? Sentir, se sienten cosas físicas (como el calor del verano o el dolor de un moretón) y cosas no físicas (esas cosas que nos imaginamos pero que las sentimos igual). Las físicas son fáciles de explicar, las no físicas son las más difíciles y más complicadas de explicar y de entender; y son por éstas últimas que estoy acá, sentada en el sillón, escribiendo una vez más.

No voy a explicar el frío o el calor, porque ya todos sabemos cómo se sienten. Pretendo explicar los sentimientos no físicos. A ver, cómo explicarlo? Es como si todos los órganos del cuerpo desaparecieran, o se transportaran a la cabeza y el cuerpo quedase vacío: la cabeza llena de cosas, hasta explotar de tanto amontonamiento, y el cuerpo vacío, incapaz de sentir o hacer algo. O como si hubiera una soga alrededor del pecho que impidiera la respiración, al punto de enrojecer la cara e inundar los ojos de toda la actividad craneal junta. O como estar muerto en vida, en un sentido más extremo y filosófico (porque nadie en vida sabe cómo es estar muerto, y nadie muerto sabe cómo es estar muerto en vida).
No pareció tan difícil explicarlo, verdad? Eso es porque es imposible explicarlo: yo uso esas figuras retóricas porque son las que representan mis sentimientos no físicos, son como YO me siento cada vez que la oscuridad emocional me ataca. Pero no sé cómo te afecta a vos que estás leyendo, o a la persona en la casa de al lado o del país al otro lado del mundo. Así lo siento yo, y yo explico yo, con mi vocabulario reducido y pocas habilidades comunicativas. Porque es lo que me sale, hoy y ahora es lo que me sale, porque la oscuridad emocional me ataca desde hace horas, días o semanas  y no se va, o se va unos minutos y vuelve más poderosa que antes para ajustarle el nudo a la soga imaginaria que tengo entre el cuello y la cintura. Y así pasan los días. Algunos mejores, otros peores, pero sin poder desatar completamente la soga. Quizás, algún día, en algún futuro distante, pueda aflojar tanto el nudo, que se va a terminar cayendo por falta de sostén; pero por ahora, ésta es mi soga, y está acá para acompañarme siempre, incondicional, a donde sea que vaya.

Release me from this cross after all these years
Within Temptation - The Cross --> tema para ajustar el nudo de la soga imaginaria.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Rutina

Despertarme. Salir a trabajar. Pasar nueve horas en el local haciendo como que todo está bien. Volver a casa. Sentir el mundo encima…Conectarme a Skype y que todo el resto se borre automática y momentáneamente. Dormir pensando en Skype para no aceptar la realidad hogareña. Repetir al día siguiente, de martes a sábado, todas las semanas.
Quiero vivir en domingo y en Skype, no en la vida real donde solamente unos minutos por día se soporta la realidad.


No quiero volver a sentir, necesito no volver a sentir. No quiero tener que lagrimear escribiendo, necesito mantener todo adentro. Y sacarlo en Skype o en domingo… Sólo que en esas dos ocasiones, nada malo sale, todo es perfecto y está bien, la vida es como debería ser siempre (por lo menos, la mayor parte del tiempo).
Pero ya está, ya me hicieron comenzar. Escribo de nuevo, siento de nuevo, pienso de nuevo… solamente quiero pensar en cosas buenas, y en cómo disimular las malas. Dicen por ahí que soy buena escribiendo, no me la creo; creo que vuelvo a ser la emo de 15 años que creí haber dejado atrás para siempre, creo que la escritura es tan positiva como negativa, creo que no sé qué creer ni qué hacer.
Creo que ayer fue domingo (son las 01:04 a.m., aunque sigo pensando en domingo), y fue perfecto. Pero ya es lunes, ya nada es perfecto.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Escribir, sentir, hacer

Escribo porque volviste a aparecer, porque te había matado y reviviste. Escribo porque me lo piden, porque dicen que soy buena y me hace bien. Escribo porque la historia no se puede borrar, y todo es verdad: volviste a aparecer y soy buena escribiendo (o eso creo).

Fue en un sueño donde te volví a ver, y no precisamente de una manera agradable. Apareciste, me hablaste, me hiciste mal y te fuiste; o al menos eso es lo que recuerdo, tal y como fue en la vida real. No, no fue así: en la vida real apareciste, me hablaste, me hiciste bien, fuiste mi amigo, y después de todo lo que pasó durante diez años, me hiciste mal y te fuiste. No necesito remover todo eso, el pasado no va a cambiar porque yo quiera, el hecho de que te haya matado mentalmente una y otra y otra vez va a seguir estando, pero no por eso vas a haber muerto en mis sueños, ni en la vida real. No quiero seguir con esto, necesito no seguir con esto, voy a volver a tener quince años si sigo escribiendo. Vos, para mí, estás muerto; y cuando tenga la chance, te voy a matar en la vida real, o por lo menos te voy a dejar tan herido que vas a tardar en recuperarte.
Escribir, tocar el violín, narrar, pintar, crear, ser algo en la vida haciendo algo que me haga feliz. No suena como algo que pueda pasarme. Por qué? Porque me frustro, porque siento que no sirvo, porque veo la nada que logro y pienso “para qué seguir esforzándome, si no sirve para nada?”. Por eso no escribo, no toco violín, no narro cuentos, no pinto, no creo absolutamente nada: mi última creación fueron las tapas de un libro que jamás llegó a terminarse por, justamente, mi falta de ánimo y desconfianza en lo que podía ser. “Sí, vamos a terminar el libro y va a ser un perfecto regalo de Navidad, así que nomás tengo que hacer uno o dos más, o mejorar alguno que ya tenga, y listo! Libro terminado, objetivo cumplido”. Esa ilusión llegó hasta pintar las tapas de color violáceo y cortarlas en tamaño A4, no más allá de eso. Por qué? Supongo que el hecho de tener que escribir para los demás hizo que se me fuera la motivación de escribir por y para mí misma. Escribía cuando me deprimía, cuando tenía un buen sueño, o sencillamente, me venía en gana; ahora trabajo, salgo, y solamente pienso en las cosas malas cada tanto, cuando me agarra un ataque nocturno.


Ahora ya no puedo, no me sale hacer nada. Lo único que me hace bien es estudiar Japonés, que aunque estoy totalmente segura de que jamás voy a poder ir a Japón, me pone contenta estudiarlo y aprenderlo; ya ni siquiera la esperanza de ir a Londres me motiva a ir a Inglés dos veces por semana (si total, hablar ya sé, y me hago entender con los angloparlantes). No tengo esperanza para nada, no creo tener un futuro, no me veo conquistando metas de aquí a cierta cantidad de años. Qué es lo que veo? Un trabajo mediocre de aquí a que me muera, porque sin estudios, no se llega a ningún lado… No?

sábado, 5 de octubre de 2013

You're back. Happy birthday

Pensé que no te iba a tener más, que nuestro contacto se iba a limitar a preguntarle “qué sabés de ella?” a otra persona, a mirarte el Twitter o el Blog sin poder decirte lo que pienso ni siento por vos. Pensé que iba a tener que hacer un escrito para tu cumpleaños, diciendo lo mucho que te extrañaba y toda la felicidad que te deseaba en tu vida; pero por suerte, nada de esto pasó. Volviste, sin que nadie te lo dijera, volviste a mí pidiéndome perdón por haberte ido, cuando era claro desde un principio que no había nada que perdonar. Volviste para traerme tranquilidad y alegría a las noches de aburrimiento, volviste para decirme que estás mejor y eso me pone mejor, volviste para no dejar que esto se muera para siempre. Volviste, y volvimos.
Hoy está empezando tu cumpleaños, no importa el número (te acordás que decíamos que para cierta edad íbamos a estar muertas? Bueno, mejor no contemos los años que tenemos, así seguimos acá como todos los días desde hace más de seis años). Estás cumpliendo un año más de haber salido del útero materno, y el primer aniversario del mejor cumpleaños que tuviste, habiéndolo compartido con una de tus bandas preferidas. No sé si es razón para festejar, porque festejar hay que hacerlo todos los días por seguir acá, resistiendo frente a las adversidades; pero de seguro es una buena excusa para dedicarte un escrito como la gente y como te lo merecés.

Siempre dije que te iba a esperar, y SIEMPRE te voy a esperar todo lo que necesites. Gracias por volver y por hacernos volver, que tengas un día como cualquier otro, pero diferente a los demás. Desde el 05-05-2007, y hasta que seamos espíritus flotantes, te amo amiga/hermana/sister del alma. Feliz cumpleaños.


Hace casi un año, la gorda cantaba esto en Costanera Sur, y lo único que hacia era pensar en vos, que estabas de otro lado del predio. Para mí, esta es tu canción, te dejo un pedacito
I'll miss the winter, a world of fragile things. 
 Look for me in the white forest, hiding in a hollow tree ♫

domingo, 29 de septiembre de 2013

Noche familiar. Bleh

“Vos consumiste algo anoche?  Sí, seguro, si está pasadísima”
“Tiene relaciones pasajeras hasta que se dan cuenta de lo mierda y manipuladora que es”
“Debe tener relaciones de un tiempito y nada más. O el que se la coge, o la que se la coge, promiscua que es”
“Vos estás enferma, aunque tengas 22 años voy a hacer que te internen a la fuerza”
“Te acordás cuando estaba con [ex], que parecía equilibrada?”
“Y vos cuánto ahorraste para comprar esta casa?” “Mucho” “Bueno, entonces no pretendas que habiendo trabajado menos de ocho meses me compre una casa y me vaya como vos querés” “No pretendo eso, pero si vas a vivir acá, vas a hacer todo con mis reglas”
“Ay, tanto sueño que tenía y ahora prende la computadora para ir a contarle a su grupito de cómo la maltrata la familia y que la compadezcan. Esas amistades de mierda que tiene, trolos drogadictos”

Qué lindo cómo se manejan los términos en mi casa. Ellos me gritan, yo les grito, entro en ataque como hace mucho (muchísimo) que no entraba, sigue todo por media hora o incluso más, nos escuchan hasta en China, mi garganta no da más, mi cabeza tampoco, y mi billetera no es lo tan grande como para irme a un hotel a dormir. La concha de dios, un día de estos van a aparecer muertos (no bueno, no tanto… Pero hay veces que daría, no?)

“Y ahora, como es MI casa, no va a usar MI internet”. Esto fue escrito a las 02:56 a.m. del domingo 29 (noche de sábado), publicado a esta hora por ser el primer acceso a la red posible después del episodio. Pretendo dejar rastro de mis emociones momentáneas, aunque ahora no piense lo mismo que pensaba durante el ataque, siempre considero importante escribir .

Mandar un mensaje a Chicago, ver fotos de Colonia, relajarme. Dormir. 03:17 a.m.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Guilledro II, y Recuerdos de Novela

“- No te olvides de mí - No me voy a olvidar - Sé feliz”… Farsantes, una vez más. Guillermo pidiéndole a Pedro que no lo olvide, después de decirle que no quiere verlo más y darle un abrazo que se sintió más allá de la pantalla.

Ahora, Pedro enganchadísimo, Guillermo distante y que se aleja, y la relación que se va a la mierda. Y yo soy Pedro, o por lo menos lo fui durante algún tiempo: enamorada (bah, "crusheada", que es aún peor) de alguien del mismo sexo, confundida sobre lo que mierda estaba pasando, viéndola casi todos los días, hablando, hasta una noche dormir en la misma cama sin que pasara nada, y pensando todo el día (y cuando digo “todo”, es casi literalmente al punto de ser insoportable) en ella y en verla y querer hablarle y en querer ver aunque sea sus fotos cuando no podía verla un tiempo y en tener un nudo permanente en el estómago y muchas veces en la garganta por esto. Y no quiero que el personaje pase por eso, porque me recuerda a lo que yo pasé, y no quiero recordar.
La vida es ahora, es lo que pasa hoy y el ayer no debería importar; pero importa. Importa porque me veo cada vez que estiro el brazo para agarrar algo, importa cuando veo fotos de ciertos momentos y/o personas, importa cuando me recriminan cómo soy en base a cómo fui, importa cuando llega la depresión por cualquier razón en cualquier momento porque se me cruzó un recuerdo enganchado con una canción, importa en todos y cada uno de los momentos que sigo viva. Pero tengo que aceptarlo: yo soy yo, soy mi pasado, presente, y futuro, soy lo que soy y lo que mejor me sale ser.

Hacía mucho que no me enganchaba tanto con una novela, espero que en un futuro pueda separar la ficción de la realidad. Por lo menos, me inspira a escribir, cosa que no hacía hace mucho; algo es algo. A mí nadie me dio fuerza, yo le mando la mía a (el personaje de) Pedro: no estás solo, aún desde el otro lado de la tele y aunque no existas en la realidad; nadie está solo, siempre hay alguien en una situación parecida dispuesto a hacerte sentir bien, solamente hay que saber encontrarlo.

Igual que en un escenario, finges tu dolor para vivir.




Ahora que lo releo, es muy parecida a la entrada de ayer. Quizás porque fue ayer, quizás porque yo soy la misma, quizás porque quiero decir una cosa y termino diciendo otra. No me gusta repetir, pero es lo que siento y lo que me sale. Hace mucho que no escribo, aunque sea más de lo mismo, me hace bien. Al que no le guste, que cierre la pestaña.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Guilledro, Anécdotas, y Otras Relaciones

Como para contextualizar: Farsantes es una novela de la tele, Guillermo y Pedro son los dos personajes principales que están encarando una “historia de amor” con conflictos, y el conjunto de los dos nombres es lo que las shippers (fanáticas de su historia) inventaron para hablar de la pareja. Ahora, a lo importante.
Toda la idea de este escrito viene de otro escrito (que pueden leer en http://esteesmiladobponele.blogspot.com.ar/2013/09/quiero-hablarles-de-algo-un-poco.html) basado en hechos de la novela (que se puede ver acá el video de la escena: http://www.eltrecetv.com.ar/farsantes/guillermo-y-pedro-se-besaron-por-primera-vez_063576). Suena complicado pero no, es bastante sencillo. Si ven las escenas (sobre todo en episodios anteriores), van a ver lo difícil que le resulta a Pedro (Benjamín Vicuña) avanzarle a Guillermo (Julio Chávez), porque es un hombre heterosexual, casado con una mujer que está esperando un hijo suyo; cómo puede ser que le pasen cosas con un hombre? Pedro no entiende qué le pasa, y obviamente, me llegó. Mucho.
Ya todos saben (y si no lo sabés, te estás enterando) que me atraen tanto chicas como chicos, pero obviamente que no siempre fue así: hubo una época en la que no entendía ni media situación lo que me estaba pasando. No voy a poner nombres, aunque a esta altura ya es irrelevante no creo que sea importante, pero mi mayor pensamiento era “che, qué mina linda. Y escucha tal banda, y se viste así y asá. Qué onda que no la puedo dejar de mirar? Basta nena, cortala, que te va a ver y después va a hablar”, y así. De hecho, finalmente esta chica terminó hablando de mí a mis espaldas, acusándome de torta (gay) frente al resto de la gente del curso (lo que fue una de las tantas razones para irme de ahí), para terminar encontrándola en la Marcha del Orgullo de hace unos años. En fin, dejando de lado la anécdota de “la primera”, la siguiente tampoco corrió buena suerte: una mina que jugaba con las personas, que me agarraba de la mano y me decía cosas lindas, para nunca jamás darme un beso o decirme “mirá, me pasa tal cosa” o no conmigo. No fueron experiencias muy lindas que digamos; agradezco al ambiente en el que me incluí, donde la homosexualidad era moneda corriente y nadie discriminaba a nadie por ser como era ni por gustarle lo que le gustara. Finalmente, varios años después del inicio de todo, una amiga se ofreció (o fue mutuo acuerdo, para el caso es lo mismo) a darme mi primer beso homosexual; la razón fue “mejor que lo hagas con alguien conocido y que te cae bien, a llegar a la desesperación y frustración de irte a cualquier lado y buscar alguien con tal de saber lo que es”. No era una mala idea, debo admitirlo. Pero, era necesario llegar a eso?

Habiendo hecho la introducción, la novela y mi vida se juntan en que Pedro tuvo a su Guillermo, alguien experimentado y de buen corazón, que no lo obligó ni apuró a nada, no lo discriminó por gustarle alguien del mismo sexo; yo no tuve a nadie a mi favor y tuve mucha gente en contra, me dijeron de todo y a la vez nada, porque el calla otorga, y lo que otorgaban era desprecio. No tuve una mano amiga que me dijera “es normal mami, no te preocupes porque así es como sos y no tenés porqué seguir a la corriente”, no creía que fuera lo suficientemente normal que me pase eso como para decirlo abiertamente, pensaba que estaba mal ser así y no hacer nada al respecto, esperar a que vengan a buscarme en vez de ir y decirle a esa chica lo que me pasaba. Tuve que esperar: esperar a encontrar un grupo que me entendiera, esperar a que mi familia hablase primero en secreto de “mis orientaciones” y después me dijera que tenía “problemas de personalidad” por lo que me pasaba, esperar a que una amiga me propusiera probar un beso con ella, esperar… Siempre esperar a los demás.
Y en el episodio de hoy, el casado confiesa haberse enamorado de otra persona (“me enamoré, y se llama Guillermo”, y el nudo en el estómago se hizo apretadísimo), pero esa otra persona no le da cabida, y lo entiendo perfectamente: tener un “crush” con una persona estando con otra. Lo entiendo, lo pasé, y es una mierda. Recordar es una mierda, saberme de una manera y que no me acepten es una mierda, querer hacer algo y no animarme es una mierda, sufrir las consecuencias de mis actos es una mierda. No quiero más, quiero tener una vida lo más normal posible y no identificarme con las partes malas de las novelas, los libros o las películas.



Fuerza Pedro, todos pasamos ese momento de confusión. Alegrate de tener a tu Guillermo, yo no lo tuve.
"No te olvides de mí", por la misma persona de la primera entrada del blog https://word.office.live.com/wv/WordView.aspx?FBsrc=https%3A%2F%2Fwww.facebook.com%2Fdownload%2Ffile_preview.php%3Fid%3D160039020863798%26time%3D1378350684%26metadata&access_token=1393028192%3AAVLOYpFHrUX4bS87naukWM73vPpiSajMhFvZm-7nxvBQTg&title=no+te+olvides+de+mi.rtf

domingo, 21 de julio de 2013

Elegir la realidad

Escribirlo lo hace real, decirlo lo hace real. Y qué si no quiero que sea real? Y qué si solamente quiero que sea una ilusión que mi mente me jugó en ese momento? Puedo elegir que sea mentira, que no haya pasado y no haya sentido lo que sentí?
Díganme que sí, y nada de lo que pasó ayer me va a haber hecho mal a mí y a quién me acompaña. Déjenme que sea una mentira, así prefiero vivir


Hope is a desert running dry
Deep inside
You refuse to face the facts

domingo, 14 de julio de 2013

Abrigo Emocional

Leí lo que pusiste, aunque seguramente pretendías que no lo hiciera. No me importa, lo leí igual porque me importás y quería saber cómo estabas. Y algo supe, no todo lo que me gustaría, claro, pero algo es algo. Muero por preguntarte cosas, por contarte anécdotas, por tantas cosas daría lo que tengo encima.
Y sin embargo todo sigue igual.

Hace unos días, salí a cenar con un amigo, ese que siempre me da consejos sin siquiera darse cuenta, y sabés que me dijo? “La felicidad es como ese calorcito que tenés cuando apenas salís de tu casa: viste que te abrigás para salir y no tener frío? Bueno, esto es lo mismo: el frío te va a entrar igual, pero podés abrigarte lo suficiente como para que no te haga mal. No dejes que algo malo que te pase te arruine el día, no seas extremista, cuidá ese calor, ese cachito de felicidad que tenés siempre, y no dejes que cualquier cosa te afecte y te haga mal”. Y fue una analogía terriblemente sencilla, pero a la vez totalmente cierta. Creo que va a ser una de esas cosas, una de las tantas que me dijo a lo largo de este año y medio de conocernos, que voy a tomar como pilar para las cosas de todos los días, esas pequeñas cosas que pienso cuando estoy en determinadas situaciones y me ayudan a pasar el momento. Y ahora pienso en vos y necesito pasar el momento, estoy en remera en el medio de una nevada; pero ya voy a encontrar una campera, vos tenés esa campera que tanto busco, y hasta tanto me las arreglaré con un suéter que también me abrigue. Que el abrigo básico nunca falte, pero nunca está de más una prenda extra.

Voy a cuidar mi calor, vale la pena cuidarlo.

domingo, 16 de junio de 2013

Roja Tentación

Otra vez las fantasías, te fuiste y volvieron las imágenes imaginadas no tan irreales. Ver Sweeney Todd y amar la sangre artificial, ese hermoso rojo corriendo por los cuerpos de las personas muertas, o vivas que luego pasarán a mejor estado. Y la atracción, una vez más, hacia lo indebido.
Es el morbo, la idea de que sea lo incorrecto pero a la vez que sea tan hermoso y artístico… Querer hacerlo pero que la cordura se imponga a la insanía, una vez más, como hace ya más de un año. Eras mi razón de seguir el camino correcto, y ahora que te fuiste no sé si debo volver o no (no, claro que no debo volver, pero hay días que quisiera volver a intentarlo, sólo para demostrarme a mí misma que soy capaz de hacerlo y dejarlo; como una prueba a mi salud mental). No voy a volver, así como vos no vas a volver, y eso es lo que más me entristece: lo más importante que tenía en la vida, se esfumó igual que el vapor de un caño de escape en invierno. Pero hay una diferencia: el vapor desaparece, vos no.
Creo que en cierta forma es como la muerte misma debe sentirse, sólo que ahora seguís entre los vivos pero cometiste suicidio para conmigo. Estás viva y no te dejás ver, te mataste para que no te vea. Esto, es como ir al cementerio a hablarle a tu lápida: yo te hablo, pero no me escuchás porque no estás ahí. Si estuvieras muerta, te hablaría en cualquier momento del día y sabría que me estás escuchando, porque siempre lo dije, sos quien me cuida y me mantiene en este mundo; sabría que me escuchás porque estarías conmigo. Y ahora no: sé que no me escuchás porque no estás conmigo, le hablo a tu lápida, a tu tumba vacía de cuerpo y contenido. Le hablo a la nada misma.


Yo te voy a seguir esperando. Y sabés qué? Aunque no lo sepas, por vos, voy a mantener mi promesa, nuestra promesa. Aunque el rojo me llame, no le voy a atender.
 Te voy a esperar siempre.

domingo, 26 de mayo de 2013

Incomunicación

No sé si vas a leer esto, no sé siquiera si te interesa leer algo como esto; pero yo lo escribo igual, porque es lo que siento, y espero que lo entiendas.

Así como a veces cometo el error de desaparecer, vos desapareciste sin dejar rastro. No te culpo, todos somos libres de decidir qué hacer y con quiénes juntarnos. Y tampoco pretendo hacerte volver, solamente quiero que sepas algo: nunca lo digo, no sé por qué pero no me sale decirlo, y de alguna manera que no es la que todo el mundo imagina, creo que te amo. Y no, otra vez, no es una carta de amor, una declaración, ni mucho menos un escrito por despecho; es sencillamente que hoy durante todo el día quise expresarte lo que siento por vos y no pude, justamente porque no encuentro los medios para decírtelo.
Porque te extraño, porque sos todo, porque me falta ese mensajito en mi inicio cuando llego a casa y prendo la computadora, porque quiero decirte cosas que no tengo manera de decírtelas porque no sé cómo encontrarte. Y en caso de que te haya quedado alguna duda de que te estoy hablando a vos: ayer ordené y le encontré un nuevo lugar a Deformita y ya le encontraré otro al Dinocornio. Exactamente a vos, que me regalaste esas boludeces que ahora se me hacen tan importantes, a vos te hablo. Te amo y te extraño, ojalá volvamos a hablar como siempre.

Y como siempre digo: perdón por ser como soy, juro que intento mejorar todos los días para no volver a perderte.

lunes, 29 de abril de 2013

Feliz Aniversario


Y aquí estamos, un año después. Pasaron 365 días, y estamos bien. Superamos el desafío, estamos vivas. Y limpias.
Para aquellos que no creyeron (ni creen) en que lo lograría, aquellos que me siguen tratando como si fuera la misma que fui desde los quince años hasta los veintiuno, aquellos que no ven un cambio; para todos ustedes, LO LOGRÉ.



Te felicito Pikacha, lo lograste. Cada día fue una lucha, y ambas lo sabemos, pero lo logramos. Día a día, hora a hora, minuto a minuto, lo logramos. Felicidades, sigamos así que vamos por buen camino.

domingo, 21 de abril de 2013

One last perfect verse


Hace mucho que no escribo, Por qué? Creo que lo sé, pero no estoy segura. Creo que lo más factible es que el hecho de saber que ciertas personas lo leen, me condiciona para no querer escribir nada. Por qué, dirán los razonables, si ella escribe para ella y no para los demás? Pues, debo darles la razón a los razonables, por algo se los llama así: siempre escribí para mí, para mis archivos, para mantener mi memoria activa, para darme el lujo y el gusto de hacer algo que me gusta y sé que (dentro de todo) lo hago bien. Ahora no, el hecho de saber que cierta gente puede entrar (y de hecho, entra y lee, hasta a veces comenta) me molesta, me cierra las ideas, me suprime la habilidad de escribir, tanto cuentos como esto que hago acá que no estoy muy segura de cómo calificarlo.
Ahora, lo que me pregunto y nos preguntamos todos: por qué dejar de escribir sólo porque “alguien” lo lee? No se supone que lo que se escribe, está hecho para leerse? En qué afecta al texto quién es el lector? Suena bastante estúpido dicho así, verdad? Pero lamentablemente es así: el hecho de saber que soy leída, evita que lean cosas (nuevas) mías. Así de estúpido suena y así de estúpido es.

Se me fue la inspiración, la tengo toda en la cabeza pero no logro sacarla. Y eso me hace mala escritora. Adiós, hasta cuando me vuelva la facilidad de expresión.

Please no more words
Thoughts from a severed head
No more praise
Tell me once my heart goes right

viernes, 1 de marzo de 2013

The Rock


No sé si sea por el hecho de que tengo a mi Etoile conmigo y puedo escribir cuando se me dé la gana, si sea por el hecho de que ya no me importa quién pueda llegar a verlo, o porque estoy teniendo recurrente necesidad de escribir; sea por lo que sea, es el tercer escrito en menos de dos semanas, y eso ya es extraño. Por la razón que sea, here we are: Floor in my headphones, with me, myself and I in the keyboards.

Desde el 01-01-2012, me prometí a mí misma dejar de sentir, no solamente las cosas malas, sino dejar de sentir todo lo que se pudiera. Era una meta a largo plazo, claro está, no se puede ser una piedra de un día para el otro; el proceso había comenzado años atrás, pero ahora estaba en su etapa final y había que completarlo. Finalmente, está completo, pero no creo estar satisfecha con el resultado. Vamos de a partes.
A principio del año pasado, hice las típicas “new year resolutions” que hacen en Estados Unidos, y la mía consistía de dos partes: una, dejar de cometer errores físicos, y otra, dejar de llorar. Claramente la segunda no la pude completar, aunque las veces que rompí el objetivo están contadas. La primera fue más fácil, no fue “una papa” como se decía en la primaria, pero fue mucho más sencilla que la segunda; se dice que de una adicción no siempre se sale, y es verdad. Después de un año entero, puedo decir que, finalmente, me convertí en la roca que tanto ansiaba ser hacía mucho tiempo. Pero hace unos días, recibí un “me gustabas más cuando tenías sentimientos” o algo por el estilo, la esencia es la misma, de la persona que hoy en día (y desde hace casi seis años) considero más importante en mi vida. Y no quiero que le pase nada, porque si le pasa algo, a mí me va a pasar algo, y como dijo Phoebe de Friends, “if I’m unhappy, then you’re unhappy, and if you are unhappy, I’m gonna be unhappy… And I don’t want to be the reason I’m unhappy”. Pero, eso significa que tengo que volver a sentir?
No necesito sentir, no quiero necesitar sentir, sentir es una mierda; perdón por la palabra, pero es así. Sentir significa ponerse mal, sentir significa llorar, sentir significa que ese vacío que se genera dentro del cuerpo cuando algo nos golpea emocionalmente sea permanente. Mirando Nana tengo ese vacío permanentemente, y ya es suficientemente difícil de soportarlo siendo así de corto, no necesito que dure más tiempo del estrictamente necesario. Sentir significa recordar, sentir significa aceptar que el vacío es real. Si los malos momentos se ciñen a unas horas antes de irme a dormir dentro de la pantalla de la computadora, todo está bien; si esto se extiende a desde que me levanto hasta que me acuesto, incrementándose en esas horas de animé, no está nada bien. Por eso hice algo al respecto. Sentir significa ser humanos, y como dijo Reira, ser humano es agotador.

If I can’t feel, I’m not mine, I’m not real – The Only One (Evanescence)

martes, 26 de febrero de 2013

Niños diez


Yo sé lo que estás haciendo, tus jueguitos mentales ya no funcionan en mí porque me hice inmune a lo largo del tiempo, aprendí a no escucharte por mi propio bien. Pero hay algunos que no saben recibirlo como el agua que a mi resbala, y les hace mal. Yo soy inmune, él no; y le estás hablando a él, no a mí. Cuidá tus palabras.

Hace unos minutos, por encima de mi música de Bach, tuve la desgracia de escuchar otra de las clásicas discusiones nocturnas en mi casa; ya son moneda corriente, no me afecta una más o una menos, pero creo que esta vez tengo que decir algo. Haciendo contexto, mi hermano tiene que dar materias para el colegio así no repite, y Madre lo sermonea todas las noches sobre eso. Pero esta vez fue demasiado lejos, hasta Padre logro darse cuenta de eso y se lo hizo notar; claro que para ese entonces, mi hermano ya estaba en su pieza con un ovillo enredado adentro de la cabeza.
Madre fue siempre “niña diez” en todo lo que emprendió, y trata de inculcarnos a nosotros, su descendencia, el concepto de “si yo pude, vos podés”, cosa que a mí me dejó como estoy hoy en día, y creo que mi hermano va por el mismo camino. Qué me dejó a mí? La idea de que soy una buena para nada que no le da la cabeza. Y me la creí, y me la creo, y por eso no estudio nada: porque me metieron en la cabeza (o por lo menos esa fue mi interpretación) que no sé estudiar, que no me cuesta, y que puedo seguir el ejemplo de mi Madre si tengo ganas y hago un esfuerzo. La realidad es que me creí el papel de la que no sabe, y terminé realmente no sabiendo nada: hoy en día necesito hacer cuentas simples con la calculadora, no puedo ni siquiera pensar en analizar una fórmula física ni química ni matemática, la contabilidad (supuesta especialidad de mi colegio) no la entiendo, el derecho jamás logré aprenderlo, etc. Para lo único que siento que soy buena es para las cosas que no sirven: las letras, la escritura, la música, el arte es lo mío y no sirve para nada. No tengo motivación económica ni mental para estudiar, entonces qué? Y por lo que veo, mi hermano está yendo por el mismo camino, y no quiero que termine como yo.

The same tricks that once fooled me / They won't get you anywhere / I'm not the same kid from your memory / Now I can fend for myself ♫
Yo me puedo defender, mi hermano no. Y no quiero que termine como yo.
[Ah, y si sos familiar mío y estás leyendo esto, get the fuck off and mind your own business, you are not welcome here. Yeah, you know I’m talking to you, do yourself a favor, get lost.]

jueves, 21 de febrero de 2013

Ataque de Inutilidad


“Crecé para estudiar, el estudio te va a salvar la vida” es básicamente lo que dijeron todos siempre en mi familia, el mandato familiar por decirle de alguna manera. Y claramente, como la loquita que dicen que soy, me toca romperlo.
Hoy lo rompí mentalmente, pero no solamente siento que los decepciono a ellos, sino que se me vino el peso del mundo encima de mí. Encima de mí. De mí. No de los demás, esta vez la ficha me cayó a mí, y tengo que soportarla por lo menos hasta la noche.

Haciendo un poco de historia… En 2010 me anoté a una carrera, a mitad de 2011 me anoté a otra, y ninguna de las dos me entusiasmó  lo suficiente como para decir “vale la pena soportar ciertas materias aburridas porque lo mejor está por venir”. De la primera, me anoté a un final para no perder la regularidad, pero el sistema no me dejó anotarme y perdí las inscripciones para este primer cuatrimestre de cursada. De la segunda, nos anotamos con una compañera para dar un final, pero no le dimos la suficiente atención y seguramente también pierda la fecha. Y jamás me afectó no haberlas podido seguir (y ni pensar en terminarlas). Hasta hoy. Hoy quise anotarme y el sistema volvió a rechazarme, sumado a que de la otra carrera no tengo idea de las fechas, sumado a que mi nivel de Inglés ni siquiera figura en el sitio del lugar donde voy, sumado a… Bueno, muchas cosas que no importan. Esto es lo que se conoce como Ataque de Inutilidad.
Además, hay algo que la gente llama “vocación” (dícese de aquella profesión que una persona ama y siente que daría cualquier cosa por lograrlo). Creo que eso me falta, el ADN quedó incompleto o algo así, peo no lo tengo, yo porqué estudio? Por el dinero, obviamente; aunque no estudiaría algo que no me guste sólo por el hecho de que me diera dinero. El tema es: ninguna de las dos carreras que empecé tiene futuro monetario alguno. Y no quiero ser una persona llevada por la vocación, pobre pero feliz; y lo admito: me gusta el dinero y me gusta saber que si quiero comprarme algo, puedo hacerlo libremente. Y esa seguridad, estas dos carreras no me la pueden dar.

Así que así se siente? Esto es ser un cero en la vida? No tener trabajo ni estudios ni planes para conseguir alguno de los dos, así se siente? No me gusta.

martes, 5 de febrero de 2013

Fechas


Vuelven las fechas. Vuelve Agosto y vuelve Febrero, vuelven Marzo y Abril. Vuelven todos los días que decido que vuelvan. Bueno, no lo decido, sino que simplemente vuelven por sí solas a un lugar donde nadie las llamó ni son bienvenidas. Vuelven para arruinarnos el día, la tarde, o el momento; pero nunca traen alegría con su presencia. Son números, son hechos, son personas, son horas, son cosas inmateriales que tienen efecto en el plano totalmente material; o acaso el cuerpo no es algo material y sensible, en todos los sentidos de la palabra? Son agradables y desagradables, son cosas que pasaron y siguen pasando, son eso que esté pero a la vez no.
El disparador puede ser cualquier cosa: una palabra, una imagen, un mensaje, un tweet o una actualización, una persona, un lugar o algo que creíamos perdido pero apareció después de mucho tiempo. No importa cómo empiece, sino cómo termine. Cada fecha tiene su inicio y final determinados y predeterminados, como que Calibri sea la fuente predeterminada en éste Word. Pero, al igual que la fuente, las reacciones finales pueden cambiar cada vez que abrimos el Word o una fecha.
Pasaron. Después de terminar, volvieron. Y seguirán volviendo. Porque nada puede deshacer lo que ya está hecho ni predecir el futuro. Pero, como dice arriba, hay cosas que vienen predeterminadas y se sabe cómo (y, a veces, hasta se sabe porqué) van a pasar.

sábado, 26 de enero de 2013

Idas y vueltas en muchos sentidos


No es la primera vez que me pasa, pero como que llega un punto donde la cabeza hace un giro y viene la inspiración para poner en palabras los pensamientos. Y hoy, sábado 26 de enero de 2013 a las 02:41 de la madrugada, es ese momento. Mañana tengo que trabajar, pero, ya dejé pasar este momento muchas veces  y no quiero hacerlo de nuevo.

Tengo la estúpida idea de que el trabajo de uno tiene que hacerlo feliz, llenarlo espiritual y mentalmente, o  por lo menos sentir un mínimo gusto al hacerlo. Y descubrí que no tengo ninguna de esas cosas, ni nada que se le parezca. Siguiendo con los dichos, es como “lo querés hasta que lo tenés y dejás de quererlo”.
Desde siempre quise ser cajera: estar con la gente, ofrecer productos, manejar dinero y computadoras, prestar un buen servicio, etc. Pero desde que entré al supermercado, dejé de sentir todo eso para pasar a tener un vacío adentro. Antes, cuando estaba en el Wendy’s y me encargaba de las tareas que les llamábamos “comedor”, era feliz, me llenaba (no del todo, pero algo es algo), y sentía gusto por hacerlo. Amaba comedor y sentía gusto de poder hacerlo, hacerlo bien, y ayudar a los demás enseñando a hacerlo bien; más allá del “no me lo reconocen”, ese lugar era especial y me sentía bien cada vez que iba: Wendy’s era mi segunda casa y mi segunda familia con la que podía quedarme horas después de terminar el trabajo sin ganas de volver a mi casa real. Pero no en el supermercado: donde estoy ahora ni siquiera me dan ganas de poner el despertador para levantarme y llegar a horario. Llego allá y pocos me conocen, nadie se preocupa por la persona detrás de la empleada, no hago bien lo que tengo que hacer por el simple hecho de que no tuve mucha práctica todavía, quiero irme lo más rápido posible al terminar el turno, no puedo responder a nadie nada porque no tengo confianza con nadie, soy “la nueva” y manejan los horarios como lo que creen que soy (un simple reemplazo por vacaciones de empleados importantes); en resumen, no logro verle lo positivo más allá del dinero que me den por ir seis días a la semana. Otra vez veo todo negro, o cuanto menos gris oscuro.
Y ahora qué sigue? Volver a renunciar y volver a otro período de vacaciones permanentes? O seguir siendo la aplastada de la línea de cajas hasta que me acostumbre a ese papel? Acaso existe un punto medio? Y no puedo hablarlo con quien quisiera, sólo recibo “otra renuncia?!” de su parte, lo que no ayuda en nada; claro que no estoy sola, hay una personita que volvió a mi vida y me alegra de que así sea porque me trae luz a mi constante gris oscuro. Pero me sigue faltando alguien más, supongo que es como un intercambio: si entra una persona, otra tiene que salir. Sea por la razón que sea, me alegro que esa persona que volvió haya vuelto, y esas preguntas ya encontrarán su respuesta.
Hay que seguir mirando el lado luminoso de la vida, no? Aunque sea chiquita la lucecita. Sino vuelve todo a ser negro, y es lo que menos queremos.

miércoles, 2 de enero de 2013

2012-2013


Me siento en la necesidad de hacer un resumen de lo que fue el, ahora, año pasado.

Conocí mucha gente, buena y mala: H que me bancó en todas, las buenas como los post-recitales y las malas como la pizzería; B&J, mis wendystas leales que vinieron conmigo a la Costanera y más allá; DG y compañía, que me enseñaron cuán maldita puede ser una persona con tal de lograr su objetivo sea cual sea; Anne, con quien nunca sabemos en qué situación estamos y vivimos diciéndonos de todo para después terminar bien; Lucy-chan, que me mostró que hacer lo que el mundo considera incorrecto no siempre es malo (aunque tampoco siempre es bueno); los Mamertos con los que compartí esa tarde de sol en Constitución hasta el límite de formar una cuasi secta cibernética… En fin, seguramente me olvide de algunos, pero todos ellos están en alguna parte de mi cerebro y espero que se me queden en la memoria.
A la vez, supe lo que es trabajar para un jefe real y todo lo que eso implica: soportar las presiones, los maltratos, las tareas desagradables, y el  “agachar la cabeza y decir ‘sí señor’” para poder seguir ganando un poco de dinero; aunque también estuvieron los chismes laborales, los líos internos y personales de cada uno, las estalladas de personalidad y los choques que eso genera con los superiores, conocer gente que queda después de terminar el contrato… Lo que se dice un trabajo real.
No quiero hablar de lo que perdí, porque también es mucho: perdí personas, bienes, pensamientos, confianza… Pero no hay que pensar en eso, si hay que pensar en algo que sea lo bueno; de otra forma, el mundo sería completamente oscuro. Y si hay algo que pude aprender en el año que se terminó, es que siempre habrá un punto de luz en un apagón: puede ser algo material una persona o un objeto, o algo inmaterial como un mensaje, una canción o un pensamiento. Lo importante es poder ver ese punto de luz para convertirlo en un haz que ilumine la habitación.
La música, siempre tan presente en la vida cotidiana y en constante movimiento: siempre descubriendo cosas nuevas y dejando de lado otras, reinventándose a sí misma para generar nuevos efectos en  quien decida escucharla. En un resumen anual no puede faltar el soundtrack original.

En fin, creo que me extendí demasiado. Fue un año que se terminó y otro que comenzó, aunque no sea más que un día en el calendario (igual que los cumpleaños), puede hacerse un parate y ver hacia atrás lo sucedido. Aunque saben qué? No es necesario esperar a cambiar de año para hacer reset, podemos empezar de nuevo cualquier día que lo queramos, solamente tenemos que querer hacerlo.
Feliz comienzo de 2013 a quien esté leyendo esto.