miércoles, 2 de enero de 2013

2012-2013


Me siento en la necesidad de hacer un resumen de lo que fue el, ahora, año pasado.

Conocí mucha gente, buena y mala: H que me bancó en todas, las buenas como los post-recitales y las malas como la pizzería; B&J, mis wendystas leales que vinieron conmigo a la Costanera y más allá; DG y compañía, que me enseñaron cuán maldita puede ser una persona con tal de lograr su objetivo sea cual sea; Anne, con quien nunca sabemos en qué situación estamos y vivimos diciéndonos de todo para después terminar bien; Lucy-chan, que me mostró que hacer lo que el mundo considera incorrecto no siempre es malo (aunque tampoco siempre es bueno); los Mamertos con los que compartí esa tarde de sol en Constitución hasta el límite de formar una cuasi secta cibernética… En fin, seguramente me olvide de algunos, pero todos ellos están en alguna parte de mi cerebro y espero que se me queden en la memoria.
A la vez, supe lo que es trabajar para un jefe real y todo lo que eso implica: soportar las presiones, los maltratos, las tareas desagradables, y el  “agachar la cabeza y decir ‘sí señor’” para poder seguir ganando un poco de dinero; aunque también estuvieron los chismes laborales, los líos internos y personales de cada uno, las estalladas de personalidad y los choques que eso genera con los superiores, conocer gente que queda después de terminar el contrato… Lo que se dice un trabajo real.
No quiero hablar de lo que perdí, porque también es mucho: perdí personas, bienes, pensamientos, confianza… Pero no hay que pensar en eso, si hay que pensar en algo que sea lo bueno; de otra forma, el mundo sería completamente oscuro. Y si hay algo que pude aprender en el año que se terminó, es que siempre habrá un punto de luz en un apagón: puede ser algo material una persona o un objeto, o algo inmaterial como un mensaje, una canción o un pensamiento. Lo importante es poder ver ese punto de luz para convertirlo en un haz que ilumine la habitación.
La música, siempre tan presente en la vida cotidiana y en constante movimiento: siempre descubriendo cosas nuevas y dejando de lado otras, reinventándose a sí misma para generar nuevos efectos en  quien decida escucharla. En un resumen anual no puede faltar el soundtrack original.

En fin, creo que me extendí demasiado. Fue un año que se terminó y otro que comenzó, aunque no sea más que un día en el calendario (igual que los cumpleaños), puede hacerse un parate y ver hacia atrás lo sucedido. Aunque saben qué? No es necesario esperar a cambiar de año para hacer reset, podemos empezar de nuevo cualquier día que lo queramos, solamente tenemos que querer hacerlo.
Feliz comienzo de 2013 a quien esté leyendo esto.

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