miércoles, 16 de noviembre de 2011

Relaciones

Sí, soy así: hasta que no veo que a alguien más le pasa me cuesta darme cuenta de las cosas.
Una mierda, no? En efecto así es.Hablando con una coworker, me contaba que estaba teniendo problemas que no vienen al caso (no voy a sucumbir ante la obviedad, claramente) y se relacionaba muchísimo con todo lo que me está pasando últimamente. Hasta que no vi mi situación reflejada en la suya, no era plenamente conciente de lo que estaba pasando, creo que en algún punto lo negaba y me decía que no podía ser verdad. Cómo podía ser que pasara esto? No, es ilógico, es una broma del destino, es la vida de mierda que me tocó que me está jugando una mala pasada (y aquí entra el tema de que mi vida en realidad no fue ni es tan mierda en comparación con otras vidas mucho más twisted, pero obviamente debería dedicar una entrada entera a eso y este no es el caso). Hasta que hablé con ella. Me contó de sus problemas, me dijo que estaba mal por tal y cual cosa, me explicó lo que había pasado, me abrió su sentimientos al lado de la fotocopiadora nº4  y luego por teléfono; todavía no entiendo cómo le caigo bien, debe ser porque nunca me saco las pulseras y le dije a los demás coworkers que me había arañado un gato, no lo sé.
Finalmente lo vi: era real... corrijo, ES real, es feo, es doloroso, es una mierda, y está cada vez más cerca de ser irremediable, si no hago algo va a ser irremediable para siempre.

La cruda verdad: lloro menos de lo que me gustaría, me corto prácticamente todas las noches, le hablo a las fotos, me río sola en la oscuridad creyendo cosas irreales, pretendo que está todo bien pero puedo contar con los dedos de una mano las personas que realmente saben lo que me pasa, y dentro de cinco minutos estaría empezando una clase a la que no voy a asistir por quedarme escribiendo esto y tratando de resolver el problema.
No quiero ser repetitiva y poner "welcome to my life", es una frase demasiado trillada y usada en este blog. Además, no quiero darles la bienvenida a mi vida, honestamente; no quiero gente que me mira mal si digo que tengo ciertas prácticas ni gente que se cree cuando le digo que no estoy mal y se creen mi sonrisa. basta, ya tengo suficiente, no quiero más nada.
No sé si quiero morirme ahora, quizás no o quizás sí. Lo planeo, me ilusiono, lo imagino y me siento bien. La imagen imaginada de ser solamente un espíritu me llama, pero no puedo dejar todo así como está, una carta suicida (aunque sea perfecta) no soluciona las cosas ni cierra todo lo abierto. Ayer hasta tenía un poema para mi carta final, después no pude escribirlo, pero tengo miles de palabras en mi mente esperando a ser ordenadas en forma d estrofas y versos.

En fin, no era este el tema central de la entrada, no era la idea y parece que siempre termino escribiendo cosas suicidas. Gracias coworker por compartir tu experiencia conmigo, aunque nunca leas esto, sabé que me hizo muy bien que me hablaras. Me abrió la mente y los ojos, me hizo dar cuenta que la vida no va a cambiar por sí sola sino que YO tengo que cambiarla. Y estoy intentando cambiarla, créanme que estoy intentando cambiarla.

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