sábado, 31 de diciembre de 2011

Tintura "rojo sangre"

No sé si ésta va a ser mi entrada de fin de año o no, sólo que me acabo de teñir el pelo y quiero contar la experiencia.

Tengo muchísimas capas de distintos colores: negro, rubio, rojo, naranja, mi castaño original... Pero hoy me decidí por un Rojo Fantasía, de esos que se van con los lavados. Por qué? Porque me gusta tener las raíces rojas y el resto rubio anaranjado: la tintura se fija más en las raíces, por lo que se lava menos y se nota mucho más que en los largos, que van a quedar como mi anterior coloración. A qué voy con todo esto? Qué sentido tiene que les dé una clase de coloración? A que en ésta sesión de tintura vi mi propia muerte.
Madre me tiñe el pelo, porque es demasiado largo y sola no puedo (claramente, nunca pude teñirme sola más que un par de mechas con decolorante). En un momento, luchando porque la tintura salga del frasco, se le vuelca gran parte del contenido en la pileta del baño. Ella ya venía haciendo bromas con que la tintura era color "rojo sangre", pero al ver las salpicaduras y las manchas sobre la blanca pileta, todo se me aceleró: imaginé que ese color "rojo sangre" era el "rojo color de mi sangre". Alguien dijo morbo? 100 puntos para quien lo haya pensado.
Luego de extender toda la tintura por todos los largos (la parte que no es raíces, por si alguien no conoce de coloración), vino la espera y luego el baño para sacar el exceso antes de darme una ducha final. En ese primer enjuague, vi que el color se salía muchísimo y el pelo se enredaba aún más, pero sabiendo algo de tintura se sabe que eso es normal. Me miro al espejo y había quedado genial. Me meto a bañar y mi cabeza empieza a chorrear (vale aclarar que el primer enjuague fue con la cabeza inclinada sobre la bañadera y ahora estaba parada abajo del chorro de agua), empieza a chorrear lo que mi mente interpreta como sangre real y verdadera. Me miro las manos, el pecho y las piernas llenas de "sangre", y me encanta la imagen, otra vez todo mi organismo se acelera y Morbo se hace presente. Qué hago? Lo aprovecho, claramente.
Con una mano llena de espuma de shampoo roja, hago una mano (valga la redundancia) chorreada hacia abajo sobre la cortina de plástico; con la otra mano, hago una huella de ano completa en uno de los azulejos; con el agua que chorrea por el resto del cuerpo, la miro y me imagino desangrándome; con el lago que se forma bajo mis pies invento que es mi sangre ya corrida; y así con cada parte del cuerpo teñida de rojo sangre, como Madre había dicho unos minutos atrás. Una vez más, la respuesta correcta es Morbo, otros cien puntos para quien lo pensó.

Sé que fue una experiencia tonta, ni una gota de sangre real se derramó y yo claramente no me desangré, pero aún así me entusiasma tener un panorama real de lo que siempre fue imaginario. Quiero decir, siempre que pensaba en mi suicidio lo imaginaba como algo artístico y hermoso, pero más allá de una vez que hice una sesión de fotos con pintura roja, nunca lo había sentido tan real.
Estoy enferma, lo sé, no necesitan repetírmelo... Pero me encanta que mis imaginaciones enfermizas se vuelva realidad.

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