martes, 3 de enero de 2012

Música Violenta

Hace varios días que no puedo escuchar casi más nada que dos bandas, que representan la música violenta de mi biblioteca: System of a Down y Mindless Self Indulgence. No creo que pretendan tener el efecto que tienen, pero en mí me generan ciertas cosas que últimamente necesito tener: letras que no llego a entender, ritmo acelerado, mucha percusión rápida y guitarras protagonistas, voces con cierto grado de grunt y otro tanto de falsete... En fin, un compilado de componentes que necesito que tenga lo que escucho cuando viajo y cuando puedo poner algo de música en mi casa.
Ahora, cuál es el sentido de ésta entrada? Claramente no voy a hacer una solamente para decir que me gustan dos bandas, no. El sentido de este escrito es develar las razones (no son razones, pero a falta de otra palabra es lo que mejor expresa lo que quiero decir) por las cuales estoy escuchando tanto éste tipo de música: yo escucho ambas bandas todo el tiempo hoy en día porque el resto de mi música es música con  canciones de letras que me llegan bien adentro, y necesito no emocionarme ni sentir nada ahora. Suena frío, verdad? Suena insensible, verdad? Bueno, eso es lo que soy y necesito ser: siento que tengo que convertirme en una máquina sin sentimientos ni pensamientos para poder pasar el día sin tener que recurrir a métodos insalubres de supervivencia. No me gusta ser así, llega un momento que me odio, pero pongo música violenta y me olvido de todo: sólo existimos mis auriculares, mi headbanging y yo (claro que mi cabeza y los fuídos de mi cerebro pagan el precio, pero lo vale por un rato de olvido).

Y así pasa otro día, en el que la música y la comida son mis compañeras inseparables y en el que mi hermana me acompaña para hacerme reir un poco por internet (no sé qué haría sin vos sister, gracias... tú sabes).
Hoy no me morí, y si mañana mi mp3 no se queda sin batería, esperemos que tampoco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario