domingo, 10 de agosto de 2014

Grand Finale

Dicen que la secundaria es la mejor época de la vida: sos adolescente, rebelde, hacés pavadas, pero lo más importante es que hacés amigos para toda la vida… Bien, no puedo discutirlo porque las amigas de mi madre son las que fueron sus compañeras de colegio, y mi hermano terminó el año pasado y sigue teniendo lazos importantes con sus ex - compañeros. Pero, qué pasa si a mí no me pasa eso? Es más, qué pasa si mi adolescencia fue exactamente lo contrario a todo eso que describen como “la mejor época de su vida”?

Hay una canción que se llama Grand Finale, en la que la banda relata lo bien que la pasaron en la escuela, que su lazo de amistad va a ser para siempre, que hay que disfrutarlo al máximo antes de la graduación porque es un momento único, etc. Y es una muy buena canción, tiene buen ritmo y el video es divertido de ver…  Pero no puedo escuchar el tema sin que me dé bronca mi propia vida. Es como querer escuchar canciones sobre el amor ideal justo después de romper una relación, me da bronca y me pone mal; y soy totalmente consciente de que me hace mal, pero lo sigo haciendo igual, porque esa es mi manera de ser: repetir hasta el cansancio las cosas que me hacen mal, esperando que algún día dejen de hacerme mal. Es estúpido, lo sé, pero bueno.
Qué tan malo es desear haber tenido una mejor adolescencia? Qué tan malo es desear que no te echen en cara que no tengo un solo amigo de la escuela cada vez que tienen oportunidad? O, visto desde otro lado, qué tan malo era pedir ser aceptada en la comunidad sin discriminación por gustarme tal o cual cosa? Más allá de que eso sea un obstáculo para toda la vida, en la adolescencia todo se multiplica por mil y es peor. Tanto pedir era que no se burlaran porque me vestía de negro, porque escuchaba metal, porque usaba cadenas, porque hablaba y me vestía como si fuera un hombre, porque me gustase una chica, por no querer hablar de las trivialidades que a ellos les parecían interesantes, por hablar con los profesores como si fuera lo más normal del mundo? Tanto pedir era dejarme ser?

Y no, no tuve uniformes como los chicos de la canción, no puedo reírme de las pavadas que hacía con mis compañeros, no lo disfruté hasta el final, no puedo pensar en un lazo irrompible ni en ese “para siempre” que nos gustaba decir cuando teníamos esa edad, no quiero volver pero tampoco me arrepiento de no poder volver. “La graduación siempre nos visitará, y con ella, una nueva etapa”… Mi graduación (la ceremonia fue un año después de terminar la escuela)  fue quedarme con mis padres y mis abuelos todo el tiempo porque no tenía la oportunidad de cruzar palabras con los que habían sido mis compañeros de colegio, sencillamente porque no tenía nada de qué hablar con ellos, éramos completos extraños reunidos en un salón de actos para una ceremonia formal.
Por esto y por cosas que no tengo ganas de recordar, no puedo escuchar esta canción con alegría, no puedo ponerme a cantarla y bailarla como muchos de los temas de esta banda. Para los que SÍ tuvieron un Grand Finale de su escuela secundaria, este tema va a caerles como anillo al dedo para recordar esa época. Los que pueden disfrutarla, disfrútenla; los que no, quedémonos escuchándola porque igualmente es una linda canción.


miércoles, 16 de julio de 2014

I have a Crush on a Breaker II

En la entrada pasada hablé de los Breakerz reales y los Crusherz dibujados… Bueno, hoy vengo a hablar básicamente de lo mismo, pero desde otro lado.
Antes que nada, vean lo que son Shinpei y Akihide de los Breakerz, en comparación con Rinpei y Haru de los Crusherz. Los sacaron excelentes!

Ahora, a lo importante.
Me di cuenta que desde que empecé mi fanatismo por esta banda y por su cantante, estoy más feliz, con más energía, con menos pensamientos sobre el qué dirán cuando me ven cantando y bailando por la calle. Hacía mucho que no me pasaba que una banda recién conocida me hiciera este efecto. Por ejemplo, el lunes cuando volvía de clase de Japonés, era tarde y hacía frío, por lo que no había casi nadie en la calle… así que decidí dar rienda suelta a mi energía e ir cantando y bailando por plena avenida. Y no me importaba si alguien pasaba en auto y me veía, o si los chicos del delivery del local de empanadas se reían cuando pasaba, no me importaba porque yo era feliz cantando y bailando en la vereda mientras caminaba hacia mi casa. Y me quedo hasta las tres de la mañana mirando videos de recitales o apariciones de Daigo (el cantante) en programas de televisión japonesa, y no me importa, porque me hace reír como hace mucho que no me río sola. Incluso Madre llegó a venir a decirme que si me quería reír, que me riera más bajito porque querían dormir. Daigo me saca carcajadas a las dos de la mañana, es un personaje en la vida real y hace payasadas todo el tiempo (llegué a mirar un video de diez minutos que eran Daigo y un monito jugando y me reí los diez minutos), que aunque no entienda del todo lo que dice (de hecho, se dice que habla bastante mal, se come partes de las oraciones o inventa palabras) me divierto muchísimo con lo que hace.
Y la verdad, a esta altura ya me importa bastante poco lo que la gente pueda pensar. Si me quieren dejar de seguir en Twitter porque escribo demasiadas cosas relacionadas a esto, pues que lo hagan! Yo soy feliz subiendo fotos y videos sobre su música y su vida. Y al que no le gusta, QUE SE CURTA, como decimos en la vida real.

Además, y volviendo al anime, espero con ansias todos los miércoles para que salga el nuevo episodio subtitulado. Con el primero, el miércoles pasado, estaba nerviosísima y totalmente insoportable en todas las redes sociales; y cuando lo vi, no podía parar de reírme de la emoción de poder finalmente ver el manga en versión animada. Hoy, en cambio, estuve más calmada: sabía que salía hoy, y no voy a decir que no ansiaba que lo subieran porque mentiría, pero no estaba tan extremadamente loca como la otra semana. No lo estaba, hasta que lo vi… Otra vez, no pude parar de reír, me mordía el dedo de la emoción que tenía y terminé con toda la yema del pulgar violácea de las mordidas. Aparte, como aparecieron las imágenes de los Crusherz, no pude dejar de relacionarlo con los chicos de Breakerz. Y también metieron una escena que no aparece en el manga, que es parte de la novela spin off de la serie; y esa novela me llegó muy profundo y me emocioné  muchísimo cuando vi que habían incluido ESA escena en particular…

En fin, disfruté muchísimo viendo el episodio de hoy, disfruto todos los días escuchando la música de las personas reales, me divierto muchísimo viendo a Daigo payasear en la vida… Y estoy más feliz. Y estar feliz es para celebrarlo.

Shanpan gurasu de kanpai shita ne ♫

viernes, 11 de julio de 2014

I have a Crush on a Breaker

Cuánto hace que no me pasaba esto! Tener un crush así de fuerte no lo tenía hace un buen rato… El último que recuerdo que me hizo retorcer las tripas fue [Marzo/Abril], y sabemos que eso no terminó bien. Pero por suerte, con este no hay nada que hacer más que soportarlo. De qué mierda estoy hablando? Pues de mi último vicio musical: Breakerz, una banda de rock japonesa.

Los conocí por un manga. Qué tiene que ver? Esta es la cadena: me gusta un manga que se llama Love Stage, del cual este miércoles salió el primer episodio de la versión animada. Investigando un poco, me entero que uno de los personajes está basado en el hermano de una de las autoras del manga. Obviamente, empiezo a investigar a dicha persona.
El personaje se llama Shougo y la persona, Daigo; tienen en común que Shougo se escribe con el kanji (símbolo) de “chiquito” (Shou), mientras que Daigo se escribe con el kanji de “grande” (Dai), y ambos comparten el kanji de “go”(que tengo entendido que es “lago”. Además, el personaje es cantante en una banda que se llama Crusherz, con dos compañeros: Rinpei y Haru; Daigo tiene una banda en la vida real que se llama Breakerz con dos personas más: Shinpei y Akihide. En el manga, Shougo se enamora de otro hombre, Rei, y no es correspondido. Se dice que todas sus canciones de amor (de los Crusherz) son para Rei, pero nunca se muestra una letra de canción; pero al leer las canciones de Breakerz, hay muchas que son románticas y no tengo mejor idea que pensar que algo así podría haberle escrito Shougo a Rei (como Hey, cantaré incluso cien veces... Hey, rezaré incluso un millón de veces... No importa cuánto, aunque no te alcance. Seguiré cantando para tí). Y como última cosa, la mangaka (autora) lo sacó MUY bien al personaje y es MUY parecido el Shougo del dibujo al Daigo de la vida real, incluso tomó parte de su vestuario en los shows para dibujarlo; y como para coronar todo, Daigo le pone la voz al Shougo del anime.

En fin, son muchísimas coincidencias que OBVIAMENTE son a propósito para los que nos ponemos a investigar un poco. Todo eso derivó en un crush impresionante con la banda Breakerz, que es básicamente lo único que escucho hace una semana, y sobre todo con Daigo, porque hasta busqué su discografía como solista y vi videos donde da entrevistas o canta en programas de televisión de Japón.

Hay que verle el lado positivo a todo, porque sino nos desmoronamos. Qué lo positivo de un crush insoportable con un músico japonés que de seguro apenas sabe que mi país existe? Primero que nada, que mi novio me banca y no se enoja ni se molesta cuando me pongo a hablar de manga o anime o de la banda en sí misma. Además, muchas de sus canciones tienen una energía interna impresionante que me hace tener yo esa energía y quiero andar bailando por donde sea que lo escuche (mi casa, la calle, el bondi). Después, estoy viendo muchos videos en japonés, la mayoría sin subtítulos o con subtítulos EN japonés mismo, cosa que me hace practicar el idioma que apenas estoy aprendiendo hace un año y medio. Y lo mejor de todo: estoy realmente aprendiendo japonés, tanto por leer las letras de los temas y aprender palabras o estructuras nuevas, como por los videos hablados (por suerte, no tiene pronunciaciones raras como el inglés, que se escribe de una manera y se dice de otra, por lo que es mucho más fácil seguirle el ritmo a lo que dicen y no confundir palabras).
Eso fue lo positivo, que es bastante, pero lo negativo no deja de existir: no puedo dejar de pensar en ellos (sobre todo en Daigo, con el que tengo un crush fuertísimo que me hace doler la panza cada vez que pienso en él o lo veo cantar y besarse con Akihide en Real Love), es lo único que escucho hace muchos días, los quiero tanto que quiero llorar de lo que me hacen sentir, me ilusiono con una visita de ellos o de él cuando se sabe que eso jamás va a pasar, imagino ser groupie y hacer dirty stuff con Daigo y diciéndole cosas en japonés para que me entienda, fantaseo con viajar a Japón y poder enganchar un concierto suyo… En fin, muchísimas cosas que no van a pasar. Pero quedémonos con lo positivo: estoy aprendiendo japonés, me gusta aprenderlo, me interesa seguir aprendiendo, y quizás algún día tenga el dinero suficiente para viajar aunque sea unos días para poder decir “yo estuve acá” (y quizás, enganchar un concierto de Daigo, pero eso es mucho pedir).



Eso es todo, necesitaba descargar todo mi amor y calentura en alguna parte donde no me odien por el spam de J-Rock que nadie entiende. Así que denle play a esta canción y bailen conmigo que me imagino estar bailando ahí con Daigo y su copa de champagne

martes, 1 de abril de 2014

Mi Religión

No sé porqué hoy, o porqué ahora, siendo las 12:54 de la medianoche, que se me ocurre escribir esto, después de tanto sin escribir ni publicar nada. Quizá sea por haber escuchado y visto una canción que marcó un momento importante para mí. El video que se ve abajo, se lo mostré a mi abuelo un domingo al mediodía en su casa, por una razón que no recuerdo demasiado bien; pero sí recuerdo que le gustó, y mucho. Es una versión del Ave María clásico, cantada por la gran Tarja Turunen, ex Nightwish y actual cantante solista. Háganme el favor y tómense un ratito para deleitar su sentido del oído.


Y esto me hizo pensar  en el poder místico y mágico quizás, de la música. Él, un hombre de (en ese momento) unos setenta y pico de años, escuchó a una nueva cantante con un estilo diferente al que estaba acostumbrado, le gustó, se emocionó, e incluso me pidió que le bajara el audio a la computadora. Ahora no sé qué será de ese audio, o si siquiera él se acuerde de este episodio que estoy relatando, pero para mí fue importantísimo.
Creo que si la música en sí misma, tomando forma cuasi-física en una canción, de melodía y letra definidas, puede tener el poder de emocionar a las personas, de hacerlas sentir tanto bien como mal, tanto reconfortadas como solitarias, debería ser esto en lo que yo crea. No creer en dioses que jamás aparecen ni hacen nada por mí, no creer en la gente que termina decepcionándome, no creer en cosas divinas que no tienen manifestaciones reales; sino creer en lo que a mí me hace bien y me ayuda a superar día a día las dificultades que el mundo me presenta. Y eso que a mí me ayuda es, justamente, la música. Poder poner un cierto tipo de música en un cierto tipo de circunstancia o para lograr un cierto estado de ánimo, o por el contrario, poder cambiar de un estado a otro gracias a la música, en eso creo y quiero creer. La música no decepciona, a lo sumo puede no gustar; la música no hace mal por sí sola, sino que las personas le damos ese efecto; la música puede tener múltiples usos, utilidades, y consecuencias en la vida. Los dioses (en realidad, el Dios cristiano) en los que me enseñaron a creer requieren que hagamos cosas por ellos, cuando ellos no siempre hacen algo por nosotros; no están ahí cada vez que los necesitamos,  pero nosotros tenemos que estar siempre para ellos; y así miles de ejemplos más. (Cabe aclarar que fui católica durante un tiempo, llegué a estar muy metida en ese tema, pero al tiempo y justamente por esa decepción de la que hablaba antes, me terminé alejando. Citando una canción, si hay un Dios, algo tiene que hacer. Y ese Dios, tiene que aparecer; y a mí ese Dios no me apareció cuando más lo necesitaba, por eso me alejé.)

Para dejar de dar tantas vueltas sobre el mismo tema, la conclusión es que espero que hayan entendido mis creencias, espero que no intenten convencerme que ese Dios que quieren imponerme es lo mejor del universo y va a ayudarme en mis peores momentos, espero que aunque no compartan lo que pienso, respeten mis creencias. Espero que no me regañen cuando gasto gran parte de mi capital en recitales, porque así como los cristianos van a las misas, yo voy a los recitales como evento que reafirma y refuerza mis creencias, porque el artista es quien canta las palabras que me hacen bien, así como el cura recita los salmos que a ellos les hacen bien. Espero que, bueno, escuchen música si no lo hacen, por lo menos para intentar sentir una probadita de ese poder emotivo que la música contiene; si no les produce nada, por lo menos lo intentaron, y si de hecho les produce algo, van a sentir una de las mejores cosas que existen en el arcoíris de emociones.

Como final, esta es una frase del tema que estaba escuchando cuando decidí escribir esto:
Our love will go on until the tears are gone (Until Silence – Tarja Turunen)
Interprétenlo como quieran, lo dejo a su criterio.